lunes, 5 de agosto de 2013

No digas que fue un sueño

Smoke

Cuántos años, querido Pops, amigo Louis, cuántos años cumpliste ayer, sempiternos dientes blancos en rostro oscuro, nacido en el Nueva Orleans más negro, más putero, mas cry me a river. When it's sleepy time down south te parieron y creciste y aprendiste. Y conociste que las mujeres son como esa corneta que te pusieron por primera vez en los labios; labios, mujeres y cornetas, los tres amores de tu vida. ¿Recuerdas lo primero que tocaste? Quizá fue todo uno y a la primera mujer le tocaste un blues y tus labios sellaron una boca y una boquilla, no sabría decir el orden, querido Pops. Quién y por qué te puso ese sobrenombre, Satchelmouth, lo dejo al arbitrio de la leyenda o de nuestra imaginación. New Orleans, do you know what it means. We still miss you.

Digo que cuantos años cumpliste porque ya he perdido la cuenta de tu inmortalidad, tengo en cuenta que viviste varias vidas en una, quizá más que ningún otro, y como dijo el genio de la rayuela, "y Satchmo por todas partes con el don de la ubicuidad que le ha prestado el Señor, en Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo entero". Y nosotros, que ardemos en deseos de acompañarte en tu vida futura que abarcará horizontes lejanos, lugares que tu quizá quieras recordar y lugares que descubriremos juntos.

Será cuando nos quedaremos solos. Me refiero a después, cuando acaben los conciertos, permíteme la libertad de quedarnos a solas contigo, con tu sonrisa y sin tu sonrisa, con lo que te tomes al albor de la soledad, no haremos ruido; lo más, observarte, ella y yo te observaremos y nos entrará envidia de tus mujeres, a mí al menos me entrará, y ella me traducirá ese deje de New Orleans y tu voz carrasposa y tú la miraras mucho y a mí me entraran los celos y ella se enamorará del Satchmo del Potato Head Blues que le tocarás sólo a ella (y yo tercio y te pido que le des al West End Blues). Y entonces ella hace de Ella y hacéis un dueto y cantáis el Autumn in New York. Y eso.

Y acabamos ella y yo viendo cómo te desvaneces y luego haces eso de que todo parezca que ha sido un sueño, con humo y así, porque tú las vidas las vives como de prestado y cuando dan las uvas tú tienes que devolver las cornetas y te despides con esa sonrisa y el fundido a negro y entonces nos quedamos ella y yo cerrando todo otra vez y nos vamos enamorados de ti, a quien no hemos podrido preguntar (de nuevo nos quedamos con las ganas de saberlo) por tu puñetera edad, la de verdad, la que no sale en las enciclopedias, que cuántos años tienes ya, coño, que aunque no importe mucho ya va siendo hora de que dejes de tocarnos la moral con el tema. Amigo Louis, me quedo solo con ella. Con las prisas... teníamos una tarta preparada para ti. Ha sido idea de ella. Te la guardamos. No te marches muy lejos. Te queremos. Tenemos muchas ganas de ti.

2 comentarios:

ZoePé dijo...

Eso, que siga rondando por ahí, para tenerlo a mano cuando necesitemos ese ruidito de sordina.
Un beso, Jose.

josé miguel dijo...

Efectivamente, sigue por ahí. Cuando menos te lo esperas, aparece y te enamoras.

Besos, y gracias, Zoe.