martes, 29 de septiembre de 2020

Rimando al miedo

 


El miedo lo definen fácil. Se explica peor. El miedo se vive, te muere, te atrapa, te devora, te jode, te reprime, te abarata, te aplasta, te destierra, te castiga, te domina, te roba, te seduce, te mira y te come.

Te ama. 

(Mi soulmate ha hecho del miedo poesía. Mi soulmate es poeta – mi soulmate es poeta, no me gusta la palabra poetisa- y le han publicado En clave de jazz (Lastura Ediciones, 2020), un poemario que debe degustarse como los buenos vinos, a sorbos de amor, desamor y de jazz. Esos vinos que tanto le gustan a mi soulmate y que envejecen mejor a la par que su sabor).

(Mi soulmate en uno de esos lamentos de amor y de jazz ha hecho del miedo poesía y me ha inspirado escribir).

El miedo rima con duda y con desamor, con celos y con certezas, con cualquier canción de Billie y con el Strange Fruit, con rendirse y con derrotas, con angustia y con naufragios, con futuros imperfectos y con pasados incesantes. El miedo es la boca del lobo y no encontrar la ballena blanca pero la ballena no la ves pero está ahí. Al miedo lo conoces cuando te dices eso del Everything happens to me.

(Mi soulmate al miedo lo rima con amor y con tristeza, con desastres y con ilusiones rotas. Mi soulmate ha hecho del miedo poesía y al rimarlo hace lo que no hace nadie. O lo hace como nadie).

Con el miedo tú eres presa y el miedo la calamidad atractiva, pero estamos tú y yo y el miedo también llora y le daremos consuelo y boleto el día que tú (me) quieras. Nunca se abandona al miedo. ¿Necesario miedo? A veces nos hace falta un buen maestro.

El miedo también puede ser y es poesía.

martes, 8 de septiembre de 2020

Dos es

 


Escuchar a Judee Sill tarde. Todo llega y es tarde según se mire y de todas las maneras. Judee Sill. Vivir toda una vida sin conocer su existencia, sin saber que alguien se llamaba Judee Sill, que alguien tuviese ese nombre y cantase y compusiera y viviera. Judee Sill. En 2020, este día tan largo, a veces da para descubrir a gente maravillosa. Y Judee Sill lo era. O lo sería, más que nada porque lo digo yo. Que igual era una hija de puta, pero como no lo sé, me quedo con mi idea, con mi convicción o al menos fantasía. Judee Sill duró un par de discos y luego se murió. No tuvo tiempo ni de retirarse de la escena o de que le hicieran un documental sobre “esa cantautora que duró dos discos y que lleva más de cuarenta años retirada de la escena”. No, porque en 1979 la droga la murió. Judee con dos es y una guitarra. Me gusta Till Dreams Come True y su canción estrella se llama The Kiss.

Gracias, Judee con dos es.