
En las tres semanas en que he faltado en este blog:
Me ha dado tiempo a ir por el séptimo Murakami. Voy, pues, por el Sauce ciego, mujer dormida. Pasa una cosa con Murakami y es que te absorbe tanto el muy hijo de su madre que a mí me da por pensar, con cualquier cosa o anécdota, tal como él escribe, con su estilo (¿habéis leído, espero, algo de Murakami? Así me entenderéis, sí, es un tío acojonante).
Ayer se murió Claude Chabrol. El otro día, antes lo decimos, Enrique y yo hablábamos que Chabrol era uno de los directores en activo con más antigüedad, que llevaba desde finales de los 50 haciendo cine. Resquiescat in pacem.
Le puse un 7 en Filmaffinity a Conocerás al hombre de tus sueños. Contra viento y marea, aunque ya sé que no es una de las grandes películas de su director, voy a defender cuando le veo algo en este su postrer cine (porque no lo hice cuando estrenó aquélla que se rodó entre Avilés, Oviedo y Barcelona). Y yo a Conocerás se lo vi.
Ha empezado la liga. Y he empezado a sufrir.
Este año no vamos a ganar medalla en baloncesto. Nadal igual sí vence en Flushing Meadows. La Vuelta este año ha evitado Aragón (si no, mirad el perfil, aunque el viernes por la noche vi el autocar del Milram a las puertas de un céntrico hotel de Zaragoza).
Alguien ha llegado a la década en la cual todavía me mantengo.
Me he visto una entrañable saga de películas sobre la Señorita Marple (Margaret Rutherford en los años 60, un leit motiv musical muy pop; aunque ahora leo más que ver películas, cosa de la cual tengo que culpar al muy hijo de su madre del primer párrafo. Por cierto, en Venecia se ha estrenado Norwegian Wood, o Tokyo blues en España y otros países por razones comerciales, una adaptación de Murakami de su libro, que no mejor, más famoso. Espero que no llegue allá bien entrado el 2011).
Algun día ha hecho mucho calor.