Se ha muerto Bebo. Tocan lágrimas negras.
Esta noche es una de esas noches. Tú y yo revolviendo en los
discos. Tú bebes. Esta noche es de esas noches en que no faltan motivos. Esta
noche, me dices, nos vamos a enamorar. Asiento. Bebo. No miramos el reloj. El tiempo,
a pasear: de fondo suena un piano. Hoy quiero bailar cha-cha-cha, me dices, aunque
a mí eso de bailar me da mucha vergüenza. Pero te sigo, porque hoy es una de
esas noches. Has llorado y mírate ahora el rímel. Y no te importa porque lo
consideras el mejor homenaje. Te descalzas. Y lloras y sonríes al
mismo tiempo. Y bailamos el cha-cha-cha. Y luego me toca a mí. No somos raros
ni nada, poniendo vinilos de colección. Hoy es noche de vinilo. Y bebo.
Y me cantas esa letra de bolero que no canta el piano. Y bailas
sola. En el ínterin pasan muchas cosas entre los dos, porque esta noche nos
estamos enamorando. Y es una buena noche para llorar. Nos acordamos de dios,
así, en minúsculas, y le preguntamos por qué permite que se vaya este tipo de
gente. Y bebes y bebo y nos acordamos de la madre de dios. Y levantamos el surco. Y nos vestimos como en los años 40. Y sacamos las maracas. Y nos parece
todo tan demodé que nos encanta. Nos ponemos tinte y nos ponemos dos nombres,
no sé, Chico, Rita. Y oímos un chucho en la esquina de abajo. Parece que llora.
Y nos cogemos de la cintura y escuchamos. Y suena nuestra canción. Y me miras a
los ojos y me dices “ojos verdes”.
Ahora haces playback y eres Rita. Y me dices las cosas como
Dinah Washington, pero con acento cubano. Reprochando. Si el blues fuera cubano.
Y yo asiento. Y me enamoro. Quiero tocarte el piano que nunca tuvimos. Me conformo
con eso que me cantas y me rasga: “no te voy a querer ni te voy a mirar, para
que sufras” es lo que me cantas con la voz de otra y a mí eso me sabe a gloria.
Bendita. Y entonces me acuerdo de otra que no eres tú. Y lo notas y me
pellizcas y me subes con tus pies por ahí. Anotamos mentalmente el día. Otra fecha
en el calendario.
Y entonces se me ocurre y te lo digo. Bajamos, buscamos. Por
aquí y por allá. No te has puesto los zapatos. Parecemos algo, con la botella, así
a estas horas por la calle. Tenemos los mismos arranques de vez en cuando. Y al
final lo encontramos. Tiene cara de tristón. En cuanto te ve levanta la pata. Y
se pone a mover el rabo. Te lo has ganado fácil. Te da unos lametones en el pie
y te parece escucharle decir algo. Nos encanta este chucho. Y también lo que queda
de noche. Un día te haré un bolero, te digo. Sólo que hoy nos falta el piano.
6 comentarios:
Bebo se fue. Una muy triste noticia.
Linda manera de recordarlo, a tu aire, Jose.
Gracias.
Un beso.
Al enterarme, me he acordado de ti esta noche. Para siempre Bebo.
Besos Zoe.
Así se hacen los homenajes…muy lindo.
Se nos fue Bebo y había que dedicarle un recuerdo.
Muchas gracias por tu comentario, Nico. Un saludo!
Si, Jose. Vi tu tuit y me emocioné y todo, fíjate. :)
Gracias.
Gracias a ti por estar siempre ahí :)
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