domingo, 8 de agosto de 2021

La eternidad de las rocas

 

Fotograma de La eternidad y un día, Theo Angelopoulos, 1998


Ocho de agosto. Ocho del ocho. 2021. Continúa el día más largo. Agosto es un mes corto y también un mes largo. Agosto también es un día muy largo. El tiempo entre el último post y éste no es largo, es indecente. Me acuerdo mucho de este blog. Me acuerdo de cuando me entraba cargo de conciencia: quince días sin escribir. Parecía la eternidad. Qué es hoy una eternidad. La eternidad no se termina nunca si es que hay algo que alguna vez se termina. Tú nunca te terminas y será por eso que también me acuerdo mucho de ti. De cuando tú y yo y eso. Me acuerdo de muchas cosas que no se terminan y que a veces están cerca de la eternidad. Estar cerca de la eternidad tiene que molar. Es estar cerca del final de algo. Por mucho que digan la eternidad tiene algo de final de un camino y si te asomas lo ves, ahí abajo. El final. O lo que sea que hay después de la eternidad. Eternidad a veces suena mal, como una condena. La eternidad y un día, lo dijo Angelopoulos y yo lo que dicen los dioses es dogma.

Bruno Ganz en La eternidad y un día. La nariz de Bruno Ganz, chata y eterna. La nariz de Bruno Ganz no era alemana. La nariz de Bruno Ganz era suiza. Suiza es eternamente neutra, como el betún. El betún es una palabra aguda. Me gustan las palabras como betún, que prácticamente nadie usa. Nadie dice voy a comprar betún. Nadie usa tampoco betún, entonces para qué ir a comprar betún. Me gustan las palabras agudas porque la tilde las termina, convirtiéndolas en eternas, o sólidas como una roca. Una roca es eterna también, a no ser que alguien o algo las quiebre o las rompa. Entonces una roca, hay que tener bastante fuerza para quebrar una roca, se convierte en la madre de más rocas, que no crecen pero sí pueden multiplicarse y así hasta la eternidad, hasta que llega un momento en que la partícula de la roca más minúscula sea indivisible y entonces la roca por fin habrá terminado su eternidad. Un día sucederá eso. Angelopoulos no jugaba con las palabras.

La roca ha llegado a su final, a su eternidad. El día más largo es ya eterno.

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