martes, 28 de mayo de 2013

Amour

Love: Nica, Monk (c) Ben Martin

Preciso de ti para que me confirmes una cosa, y será tan cierto como que un día acabará este invierno perpetuo. Como que estas manos volverán a acariciar. Como que la sangre casi nunca llega al río. Como que me llamo Jimmy (Stewart, y Lester). Confírmame que Ruby my dear y que tú sois las cosas más hermosas después del séptimo día. O qué. John Coltrane y Thelonious Monk en 1957, con Wilbur Ware y con Shadow Wilson. O en directo. O en su casa con batín a solas con Nellie, crepuscular. Out of nowhere. O cuando te llamaba Nica sin dream. In dreams. Ruby que fue antes que Nellie y es que todo no se acaba a la primera. Envidia de Monk. Monk dedicando su piano a tres enamoradas. ¿Solo Monk?

Preciso de ti para confirmar que todos somos Monk dedicando pianos. Solitude de Monk regalando pianos; envidia, deseo. Hoy suena Monk. Proclamo, Día Monk. My dear.

lunes, 6 de mayo de 2013

Do you know what it means


Sacas ese fajo de algo (cartas y fotografías viejas) que, me dices, te regalaste una vez por tu cumpleaños. Las encontraste en ese puesto, te enamoraste de todo lo que aquel chico con acento francés ofrecía. No niegues, le echaste el ojo. Le gustaste, pero lo único que hiciste fue rozarle los dedos al alcanzarle el billete. Lo estoy viendo. Quédate con la vuelta. Y te marchaste. Y me dices señalando las cartas y las fotografías que habías esperado un momento como éste, con alguien, y que yo soy ese alguien. Y sacas el fajo de cartas y de fotografías. Si fuese dinero, seria un buen fajo de dinero, pero sólo son cartas y fotografías viejas. Y no darían mucho. Lo parecen y son muy viejas. De ésas que te huelen a algo. Ahí queda algo, y tú quieres descubrirlo, conmigo. Antes, me dices, ya puedes ir poniendo alguno de esos discos. Vinilos. Es de esas noches en que resulta obligatorio odiar las grandes tecnologías. Y ponte guapo. Me echas el piropo y salto, pongo un disco al azar. Es un directo de Dexter Gordon y Wardell Gray. Coges el fajo de cartas y de fotografías, desempacas y descubrimos nuestro tesoro. La mayor parte de la fotografías, mujeres desnudas, con manuscritos en inglés y francés. Me traduces las que no entiendo. Dedicatorias amorosas y de las otras. Es Nueva Orleans, describes. Y aparecen más y más mujeres. Lees una carta en el idioma. Repites mucho la palabra. Jass, y las eses las dices para que la cosa quede clara. Ese matiz. Traduces y Dexter Gordon enardece de tal manera y yo miro las fotografías y tú doblas la hoja (ese doblar de la hoja) y sigues leyendo. Alguna tiene todavía el sobre. Miras las fotografías. Te asaltan las dudas respecto a la edad de alguna de las chicas que posan (labios de grueso carmín). Hay expresiones que me dices que son bastante intraducibles y tú me las dices tal cual. Agrupamos las fotografías, son como ¿treinta? Según nos van pareciendo que hay que ponerlas en un lado o en otro, según un criterio improvisado y anárquico, bastante libre y muy nuestro, las ponemos. Alguna fotografía hay que merece bastante la pena mirarla. Pensamos que alguna de las cartas puede ir dirigida para una de esas chicas que posan. No hay ninguna chica que repita en dos fotografías aunque en el fondo todas tengan un parecido razonable. Como el jazz, te digo pedante. Me miras seria y luego me perdonas y te sonríes para recordarme que yo soy ese alguien. Wardell Gray. ¿Alguien puede hacerle un monumento a Wardell Gray, joder? Y repites otra vez esa palabra, con las eses. ¿Alguna vez te he dicho que tienes que hablar (me) más en inglés? Y decir esas palabras que acaban con esas eses que sólo dices tú. La fecha. Más o menos de los mismos años. ¿Y si es el mismo quien las escribe todas? La letra, Doctora Watson, es muy parecida en todas. Con el gesto que pones no hace falta encogerte de hombros y no sé interpretarlo como un sí o como un no. Y lo que lees ahora te pones a decirlo de esa manera. Igualito que Bessie Smith, por qué decirlo de otra manera. Esto se lo han escrito dos mujeres. Y haces una pausa. Entonces soy yo el que hace el mismo gesto que tú antes. Mal, por descontado. Y tú me hablas de Talulah Bankhead y yo de la Baronesa de Koenigswarter. Y entonces dices jass… y yo digo Jelly Roll (pero ya descuadrado) Morton. ¿Y cuánto llevan esos dos hijos de puta con esa improvisación que no se acaba ni a la de tres? Y una de las chicas de la fotografía se ríe, enseñando cuánto le gusta reírse (y más) con esos dos dientes separados. Ese tipo de risa. Y terminamos de ordenar las fotografías con la chica de la edad equívoca. Y la miramos. Y nos encojemos, de hombros y por dentro. Y ponemos otro disco porque Dexter Gordon se ha ido a los lavabos. Y Wardell Gray se morirá pronto. Y no podía ser otro el disco y otra la chica. Y tú dices jass… y Lester, y aquí evidentemente es cuando llega el fundido en negro.