domingo, 22 de febrero de 2015

Ensayo de jazz (and Moore)

Buddy Rich on drums

Esta noche le darán un Oscar a Julianne Moore. Siempre Alice, mejor actriz.  La primera película que vi de Julianne Moore se llamaba Vania en la calle 42. En Vania en la calle 42 suena jazz, en los créditos del principio y del final. El jazz que suena en Vania en la calle 42 es el saxo tenor de Joshua Redman. En Vania en la calle 42 cuentan los ensayos de una compañía de teatro que va a representar Tío Vanya, en Broadway, la calle 42. En Birdman suena jazz de un batería mexicano que se llama Antonio Sánchez. Birdman va sobre los ensayos, la parafernalia y las bambalinas de otra obra de teatro de un actor venido a menos que en el pasado interpretó a un superhéroe. Birdman, pues, me ha recordado a Vania en la calle 42. Aunque también me recuerda a Qué ruina de función. En Whiplash lo que vemos también es una batería, pero en esta ocasión la vemos mucho más. La batería es lo que toca el protagonista entre, de nuevo, ensayo y ensayo y durante los ensayos para intentar ser como era Buddy Rich, un auténtico hijo de puta que fue el más rápido de los baterías del jazz. Historias de la batería. Otro auténtico hijo de puta, el personaje que interpreta J.K. Simmons en Whiplash, le hace la vida imposible al aspirante a gran batería en la película. Entre ensayo y ensayo y durante también. La banda sonora de Whiplash no está nominada a los Oscar y la de Birdman tampoco. No les han dejado por una o por otra jodida razón. En Whiplash cuentan la anécdota verdadera del platillo volante. Jo Jones, el batería de Count Basie y otro hijo de su madre, le lanzó uno de los platos del hit hat a Charlie Parker cuando éste empezaba a soplar en su carrera el saxo alto. En Whiplash dicen que Charlie Parker fue Charlie Parker porque esa noche se espabiló. Porque Jo Jones no le dijo a Charlie Parker “bien hecho, chaval”.  No, lo que hizo Jo Jones fue tirarle el platico y espabilarle. Lo que más me gusta de Birdman son dos cosas: una, todas las veces que suena la batería, muchas; y la otra, Emma Stone. 

Emma Stone.

Puede que Emma Stone se convierta en buena actriz. El que ya es bueno es Edward Norton, que para mí se lleva las mejores escenas de Birdman mientras se fuma unos cigarrillos con Emma Stone. Sucede en la terraza del edificio del teatro. Emma Stone. Yo quiero que gane Boyhood. Esa película que nos recuerda que, contada así una vida, no somos nadie o poco le falta. Ethan Hawke, coño. Patricia Arquette. Y por fin Julianne Moore.