sábado, 5 de abril de 2014

Clifford en Park Avenue

1945, Park Avenue, por Arthur Leipzig

Eso es Park Avenue. Me imagino caminando contigo por Park Avenue. Llueve y nos mojamos. Pero llueve y nos mojamos y no nos quitamos los auriculares, que compartimos, porque en modo aleatorio han sonado consecutivamente lo que tú y yo llamaríamos que ni a pedir de boca. ¿No se han inventado o qué los paraguas? Nadie en la calle se ha percatado o nadie ha salido todavía de casa. El chaparrón nos ha cogido de improviso. Son las tres de la tarde pero parece más tarde y nadie va por la calle. Suena I Remember Clifford y los dos estamos de acuerdo: cuando nos pongamos a cubierto o veamos un techo, una cornisa que no tenemos prisa por encontrar, nos dedicaremos a escribir la letra. Tú me ayudarás a que se diga en inglés.

Damn it, Dinah se nos adelantó.


sábado, 8 de marzo de 2014

El último Panero

Es Leopoldo Panero

Se muere Leopoldo Panero (“Ah tú la desesperación, la única lengua, la única vida” reza el primer verso de Erección del labio sobre la página) y se nos muere la familia Panero. Tres hermanos y la madre, la felicidad. Felicidad Blanc gana en 1976 el Fotogramas de plata a la mejor actriz por un documental. Y también Juan Luis, y Michi, y Leopoldo, que no podían ser menos. El desencanto, una obra maestra. Leopoldo María Panero. Tiempo de documentales. Portrait of Jason, homosexual africano amigo de jazzmen y jazzwomen; Mae West lives, Scarlett O'Hara en negro, anti-Mammy. Todo es Jason. Blanco y negro, grano, años 60, desconocidos los directores. De hombres y de mujeres. Y viceversa. Allan King filma en Warrendale a una docena de adolescentes con trastorno mental. Shirley Clarke retrata a Jason, que se ríe (no he visto a nadie descojonarse mejor de todos nosotros) del pasado con ¿es bourbon lo que hay en el vaso? y un señor canuto. Leopoldo Panero internado en el psiquiátrico del que salía para dar recitales (“Oh tú Robespierre, Seigneur de la muerte” dice en Himno a Satán). Más poetas. Mi alma gemela que se va a Cracovia a olvidarse del presente. Una asociación de polacos de Zaragoza dice que los polacos son los más latinos de los eslavos. Me acuerdo de Panero y voy a la Biblioteca y pillo también a Jean Cocteau (La corrida del 1 de mayo), cuya vida es otro documental. Me acuerdo de mi soulmate al leer lo que dicen de sí mismos los polacos de la asociación. Pienso que todo está interconectado, como si los polacos, los de la asociación, supieran que tengo un alma gemela de paso por Polonia. ¿Más poetas? Mi alma gemela últimamente me ha salido poeta. Lo de poetisa suena raro y no le pega. No queda mal llamar a una mujer poeta. Y cómo me acuerdo de mi alma gemela cuando veo y leo el título del libro de Panero. Y por la noche me pongo a ver Oh Boy. Eso no es ningún documental. En Polonia seguro que hay libros de Leopoldo Panero.

lunes, 3 de febrero de 2014

Last night

(Escribo aunque sé que no puedo mejorar los versos más tristes esta noche).

La noche más oscura, dije ayer. En verdad que ésta ha sido tu noche más oscura. No quiero pensar en tu última noche. A buen seguro que se podría pasar fácil a celuloide. Pero ya habías pasado una última noche antes con Edward Norton y Spike Lee. Así que se jodan. En realidad ¿cuántas últimas noches has pasado? ¿Cuántas últimas noches has estado a punto de mandarnos a todos a llorar? ¿Cuántas últimas noches te habrás mirado al espejo roto, roto? ¿Cuántas últimas noches te habrá salvado un ángel llamado Clarence? ¿Cuántas últimas noches te pusiste a Kane, Pacino, Cazale? (Tú has salido hasta en las películas en que no has salido) ¿Cuántas últimas noches dejaste en repeat cada cd? ¿Cuántas últimas noches olvidaste la letra de las oraciones, y querías recordarlas? ¿Cuántas últimas noches descolgaste, y contestaron? ¿Cuántas últimas noches mientras releías ese guión te querías un poquito más? ¿Cuántas últimas noches te dijiste “ahora vuelvo”? ¿Cuántas últimas noches te creíste? ¿Cuántas últimas noches le hiciste asco al aplauso? ¿Cuántas últimas noches jugaste a ser palíndromo? ¿Cuántas últimas noches te preguntaste quién soy tú? ¿Cuántas últimas noches dejaste de escribir la última palabra? ¿Cuántas últimas noches dijiste la palabra Dios? ¿Cuántas últimas noches te quedaron?

domingo, 2 de febrero de 2014

La noche más oscura

Hay muy pocas fotos de Billy Kyle. Ésta se la hizo William Gottlieb.

Te iba a preguntar, pregunta de más, si quieres bailar Blue moon. Así de paso, para que no se te fuera de la cabeza por un tiempo eso de You saw me standing alone. Tú elegirás si versión vocal, aunque ahora estaba escuchando a la orquesta de Coleman Hawkins, un día que grabó con el gitano Reinhardt en la sección de ritmo. O a Mel Torme, aun con violines. Shall we dance?, te preguntaría, y es que hoy pasa por ser la noche más oscura, aunque no aquella de San Juan de la Cruz, y si hay una noche que merece la luna es hoy, puñetera ausente. Y hasta a Ben Webster, como antes a Mel le ponen violines en esta luna blue. Y sabes bien que si me murmuras y bailas Blue moon me obligarás a ponerme tontorrón, si eso es lo que quieres, que es lo que quiero. And when I looked the moon had turned to gold. Y repitirás una y otra vez el refrain porque, es evidente, conoces mi puntos débiles. Y Louis, en esa versión que me traerías debajo del brazo, le dice a Billy Kyle que todo tuyo, live y a sus anchas. Y Billy Kyle canta el piano (y ésa no la bailaríamos, ésa la empezaríamos a escuchar y la seguiríamos escuchando sentados y entonces marcaríamos el ritmo con el pie, porque lo que tiene Billy Kyle en sus dedos es el swing. Y tú lo sabías, que Satchmo en ésta no canta y que le regala el solo a Billy Kyle, que es como decirle a tu músico “te quiero, tío”. Y en ese momento te diría que soy tu Billy Kyle). And then there suddenly appeared before me. La pregunta estaría hecha, lo está de hecho y como casi nunca es tarde para empezar a pecar, destrozaríamos las canciones y el inglés. No sería estrictamente necesario. O sí. Empezaríamos: Blue moon...