lunes, 11 de julio de 2011

El día que murió Louis Armstrong

Louis, en silencio, Las Vegas, 1970, Eddie Adams, Wide World Photos

Eres un hijo de puta, Louis. Mira, yo no sé en qué año naciste, porque los estudiosos, porque siempre hay un pesadico de turno, no se callarán nunca, porque siempre habrá alguno que salga y salte con eso de que no naciste en el 98, que fue en 1900 e incluso 1901. Pero de eso tú no tienes la culpa. De lo que me quejo, gran Louis, es que alguien como tú, que simplemente se inventó el jazz, tendría que haberse quedado un poco quieto y esperarse un poquico, porque no me diste tiempo a nacer y compartir unas horas siquiera, un día de mi vida, y con eso ya me hubiera valido. Ahora querrás que me ponga el Potato Head Blues, pero no me da la gana, porque ahora no quiero ponerme a llorar ni que se me ponga la carne de gallina. Y si estás esperando que me ponga el Wild Man Blues o quizá el West End Blues, que es lo más grande que has tocado nunca, vas listo. Haberte esperado, como hizo Duke. Que no me enteraba mucho en su día, pero con él tengo tres años en común. Mira, Louis, tanto somarda de jazz que hay por ahí y me tengo que aguantar el vivir con ellos, que no te llegan a la sombra de tu suela. Mira, Louis, hoy estoy enfadado un poquito contigo.

Me acuerdo de que desde que te fuiste son 40 años, y ya voy asimilando, porque tengo que ir asimilando lo que me va a caer este año. Pero dos disgustos hoy no me quiero llevar, así que voy a calmarme. Louis, sigues siendo un hijo de puta. Cómo te voy a llamar si escucho La vie en rose y me recuerda a alguien. O C’est si bon. O Cabaret incluso. Eso sí, pienso en cómo tocabas esos temas con las heridas que te sangraban en los labios, heridas que deberían ser recordadas como las heridas de guerra del jazz. Eras negro y tú bien lo sabías, que naciste en Nueva Orleans. Ha pasado mucha calamidad tu tierra, desde que te fuiste. En realidad la cosa no ha cambiado mucho. Nos jodió mucho a algunos lo que hizo una mujer (tenía que ser) que se llamaba Katrina, a quien espero que hubieras destrozado con tu voz garrosa en uno de tus scats si llegas a vivirlo. Si llegas a verlo, te revuelves en tu tumba. Louis, aquí las cosas siguen estando un poco chungas.

Hay un presidente negro, te lo puedes creer. Medio negro, pero puede valer. Seguro que tú no te hubieras quedado quieto, a ti, que te han recibido presidentes y Santidades. Ya ves, un negro en la Casa Blanca. Yes we can, decía. We eráis vosotros, todos los que habéis pasado por todo. Que sepas que lo conseguisteis, Louis, habéis podido. Yes, you can. Mira que te dejé con otro hijo de su madre, pero ese Nixon ya se llevó su merecido. Han pasado más cosas, muchas cosas. Desde que te fuiste el mundo sigue siendo redondo y las mujeres igual de hermosas. Pero las guerras igual de feas. Vietnam se acabó, con los que representaban a tu país saliendo con el rabo entre las piernas. Después ha habido mucha más gente, pocos para bien, algunos más para mal. En el jazz hay un paisano tuyo que se llama Wynton. Es Libra como yo. Te quiere mucho y ahora está por mi tierra, la llamáis Spain. No sé si viniste alguna vez. Sigue siendo diferente. Hoy es 11, como el 11 S. Creo que alguno ya te habrá informado por ahí arriba. Y más cosas han pasado, alguna hasta buena. Pero duran tan poco. Esta frase no es mía, se parece mucho a las que escribe un judío que me gusta mucho. Hace películas y tú sales en ellas.

Y no sé más. Que el enfado se me pasará con el tiempo. Creo que ya se me está pasando. Oye, allá arriba creo también que la habéis armado bien gorda desde entonces, de los tuyos se han ido tantos... Si ves a Miles, le dices de mi parte que no era para tanto entonces lo de príncipe de las tinieblas. Para mí que lo suyo era un poco de pose. Bueno, Louis, que la semana pasada no me acordé de tu aniversario. Menos mal que alguien ha salido al rescate del olvido. Ya ves, por aquí se celebran las muertes como si de algo alegre se tratara. Ya nos perdonarás, tú que estás sentado a Su derecha sabrás. Mientras seguiré buscando algo que no me guste de ti. Creo que tardaré, lo suficiente para estar tranquilamente así como dos o tres vidas seguidas. Si puedo.

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