miércoles, 6 de julio de 2011

Mírame bien

Silvana Mangano en el MOMA, NY, 1956, foto Eve Arnold

Cuál es la obra de arte, si lo observado o lo expuesto. –lo observado no puede ser otra cosa que esa cosa hecha mujer que es y será, lo fue en Anna o en Arroz amargo, que es Silvana Mangano-. Lo expuesto pertenece al MOMA, pero la obra que pasó a la posteridad no fue el busto o esa estatua del fondo, sino que lo que exponían ese día se movía semoviente viviente frente a la naturaleza muerta del MOMA. Silvana Mangano, (y sigo sin saber si prefiero a Silvana o prefiero a Anna, la otra Anna, la Magnani, y mejor cuantos más años cumplían), que no lo parece pero lleva sólo su cabello recogido, contempla para ser contemplada. Y se funde con la escultura del fondo o lo que sea. Su figura, o su presencia, su mirada que nos invita a mirar lo expuesto, que crea aire y espacio. El busto de la Mangano forma una juguetona (bellísima) contrafigura con la escultura o lo que sea del fondo. Y su blanco sobre negro nos insinúa su busto y su cuerpo nos hace sueños. Se movía semoviente pero como las otras formas del MOMA ese día “Don’t touch”. Puedo imaginar vacía esa fotografía con sólo que se adelantara dos pasos Silvana. La sala aparecería desnuda. Silvana hecha sueños. Y el MOMA también como nosotros, un poquito más huérfano.

4 comentarios:

ZoePé dijo...

Standing ovation! Love this post.
Besos, Jose.

josé miguel dijo...

Gracias, Zoe!, ya viste que me apropié (temporalmente) del título de tu blog.

Más besos, Zoe ;)

ZoePé dijo...

Todo tuyo. Buen fin de semana.

josé miguel dijo...

Igualmente, Zoe ;)