Portada del disco de Toshiko Akiyoshi Miwaku no jazz
Hace tiempo que los japoneses me tienen comida la moral. Si
sólo fuese por Yasujiro Ozu, Akira Kurosawa o Kenji Mizoguchi. Pero es que
también está Mikio Naruse, maestro de la elipsis. O Haruki Murakami. O El
imperio de los sentidos. O Setsuko Hara, mi amiga de las películas del B/N. Actriz
de aquellos años, no que la conozca. Bastante guapa. Si sólo fuera por el cine
o por Murakami. Pero es que no has oído a Toshiko Akiyoshi. Y siempre tengo la
duda, de ésas que nunca te abandonan, de cuál será el orden y cómo poner sus nombres y sus
apellidos. En cualquier caso, que Toshiko me tiene ganado, resulta demasiado
obvio: mujer, jazzwoman y portadas como ésa. ¿Las manos de una mujer (japonesa)
se inventaron para tocar el piano? Hay pocos ejemplos de mujeres en el jazz, en
general, pero menos de músicas que le den al saxo o la trompeta. Las hay, pero
hoy me mandan hablar de Japón.
Me gustaría hablar más veces de Toshiko Akiyoshi, de Sadao
Watanabe. De Makoto Ozone. De que algunas se casaron con gente europea, de que son
bastante más conocidos en Estados Unidos, de que aquí todos sus nombres suenan
a chino. Hablé en su día en la anterior etapa de mis jácaras, tan reales o más
que éstas. Puse por las nubes a Toshiko mientras pensaba en ella. Toshiko es la
muesca que más me atrae de todo el jazz japonés. Se casó con Mariano (Charlie,
puestos a mutar el nombre al hombre) y con Lew Tabackin. Añoro sin saber si existen (duda
absurda, existen) los jazz club de
Tokyo. On the Ginza se llama una composición de Blakey para sus Messengers. Las
mejores reediciones del jazz de los últimos 20 años vuelan desde allí. Molan
las portadas con caracteres nipones. Sólo hay una cosa que todavía no me ha
entrado del Japón. Algún día comprenderé (mejor) el manga. .
Sigo escuchando a Toshiko. So tenderly. Se confirma que las manos de una
mujer han nacido para cosas como ésta.
2 comentarios:
Si pasaste por Murakami sabes que existen los clubes de jazz, allí, en Tokio.
Pero lo sabes aún más cuando escuchas a la Sophisticated Lady.
Un beso, José.
Efectivamente, Zoe, me acuerdo del local del protagonista del primer libro que leí de Murakami, Al sur de la frontera, al oeste del sol, título que ya de por sí es todo hanicrumun guiño al jazz.
Besos, Zoe.
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