martes, 31 de octubre de 2017

Velázquez estuvo allí

Peter Sneyder es el objetivo

No sé si Peter Sneyder le hizo las mejores fotos de su vida a Marilyn Monroe.

Nótese el “su vida”. Las mejores fotos de Peter y las mejores fotos de Monroe.

En 1955 Peter Sneyder le hizo esta foto a Marilyn. Sí, con Marlene Dietrich. Y es posible que ésta fuera la única ocasión en que ambos símbolos del sexo y del siglo XX fueran fotografiados juntos, o coincidieran, o se vieran las caras en persona siquiera. Fue durante la presentación de su productora, la de Marilyn, a la sazón de ella y del fotógrafo (y confesor y amigo) más oficial que tuvo, Milton Green: Marilyn Monroe Productions.

Peter Sneyder (como todos los fotógrafos que estuvierton cerca de Marilyn Monroe, ya fuera en sesión, ya fuera a la salida del supermercado, si es que alguna vez Marilyn Monroe entró y salió desapercibida de un supermercado) es uno de los seres del planeta que más envidiaré para los restos. No se salvan tampoco las manos de Joe Di Maggio, y no por ser tan buen jugador de besibol, ni las manos de Arthur Miller, y no por ser de los más grandes del teatro americano.

También me acuerdo de la misma manera de James Dougherty. Manos que, cuando Marilyn todavía era Norma Jeane.
(Y Sammy Davis Jr. Bueno, a éste no le envidio. Le apluado los cojones que tuvo. Kim Novak puede dar fe. Supo hacerse un Black and white en unos años muy jodidos para lo black).

Decía que Peter Sneyder. Peter Sneyder fotografía en ráfaga, supongo, el encuentro entre Marlene y Marilyn. Se coló, cómo no, Milton Green en la foto, para controlar, quizá una lucha de egos fotográficos: Marilyn captada por una cámara distinta a la de sus lentes. Milton aparece, efectivamemte para controlar. Milton tenía excusa: era partner del negocio de la productora y no pasaba por allí. Estaba allí.

La chica desconocida de la derecha, que asoma la cabeza para darse cuenta de que sí, ahí están dos mujeres que volvieron locos a hombres y mujeres ¿por igual? Quito el interrogante. Tal vez la chica sea una ayudante, una asistente de Marlene, o quizá, suena más ajustado, una chica para todo de Marlene. Y sí, fíjate en Milton Greene, ha dicho algo, o hasta se ha quejado.

De qué. Por qué.

El gesto de Marilyn. Antes ese tirante imprudente que (oh) se resbala y cae por el brazo y que añade frivolidad a la instantánea. Pero el gesto de Marilyn. Marilyn mira al cámara, más que a la cámara. Mira a Peter Sneyder. Milton le ha dicho algo a Marilyn. Los celos del colega, del ¿compañero? ¿Ese tío te hace una foto? ¿Ése? ¿Y yo? Y Marilyn que intenta quitar hierro. “No, Milt, sólo es una foto y sabes que Peter is so nice... “ Milton escucha pero, atención, no mira a la cámara, y menos al cámara. Porque el verdadero objetivo de esa fotografía no es Marilyn; debería serlo pero no lo es. Como tampoco lo es el encuentro entre Marlene y el otro icono sexual. El objetivo final de la fotografía, debido a la intervención espontánea pero deliberada de Milton Greene, es Peter Snyder, el intruso que según Milton está tomando prestada de manera bastarda la imagen de Marilyn.

Y a Milton no le importa la presencia de Marlene. O sí, y debido a esa extraordinaria encuentro, decide cargarse la escena para el fotógrafo. Pero lejos de ello, lo que provoca al contrario es un estupendo climax de tensión inesperado y la consiguiente espontáneidad en Marilyn, con ese repentinamente maravilloso rostro descolocado y la muy atónita y expresiva mirada de Marlene al darse cuenta de la jugada de Milton (Marlene también mira al cámara y no a la cámara). En definitiva, Milton destroza un posado entre tres con su espalda y acentúa el vacío que le quiere hacer a Peter Sneyder. Milton le ignora, hace como si allí no hubiera nadie aparte de las dos M, él y la chica que asoma la cabeza a la derecha, mirando (ahí está, conoce más a Marlene) a Marilyn.

Pero gracias al intento de boicot de la fotografía, nace la fotografía. Nace una masterpiece oculta.

Esa mano derecha de Marilyn a mitad de camino de acabar la frase “pero Milt, ¿no ves que se trata de Peter?”, ese ojo a medio cerrar de Marilyn. Obviamente ese par de tetas. ¿Lleva un clínex apretado en su otra mano? Más: Marlene black, Marilyn white. Otro black and white. Y Milton Green que sigue ahí, practicamente le da la espalda a Peter. Espectacular el sombrero con velo de Marlene.

Más que una fotografía, es un cuadro de Velázquez. En Black and white.

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