lunes, 6 de agosto de 2012

Nunca dejes de mirarme

Chavela Vargas, 1919-2012

Sé que eres de las que enamorabas por igual. Esa mirada. Tú lanzabas dardos, no mirabas. O como dijo mi soulmate ayer (leedlo si queréis saber lo que es bueno) de otra que tal, puñales certeros. Aun esas gafas. Enamoraste a Almodóvar, a Sabina, a Frida y a media vida bohemia. A partir de medianoche. A partir de ahí, o hasta ahí, he de reconocerlo, no sé mucho más de ti, más allá de la imagen consabida cuasiguevariana, tus mitos creados por otros sobre el alcohol y las madrugadas. Digo creados porque se quedan cortos; la realidad supera a la ficción. Y sé que hace días apuraste por estas tierras tus últimas noches. Casi ves por aquí el último de tus amaneceres. Vaya impresión te llevaste de España, querida mía. Ya nos ves y quién nos ha visto.

Pues sí, enamoras, como me lo estás haciendo tú a mí ahora. 93 años y tan pancha. Enamorabas, ésa es la palabra. Muchos encandilan, otros hacen gracia. Tú tenías esa ventaja ganada. Mirabas y matabas. Sucumbir es lo fácil, cuando provocarlo es lo complicado. Que dejes de mirarme, puñetera. ¿Americana, años 40-50? Billie, Ella y tú. Cantarías jazz. Serías estrella del Paseo de la fama y codo con codo día y noche con MM, esa otra que tal. ¿Querías morirte el mismo día? Gente como tú merece hacerlo, qué te voy a decir.

No dejas de mirarme y me gusta. Te oigo cantar, diciéndole cosas a tu amante de signo interrogación. ¿Cada semana se tiene que morir alguien que de verdad merece la pena, cono todo lo que está cayendo? Manda huevos, Chavela, que tengáis que dejarnos precisamente vosotros.
Amanecí en tus Brazos by Chavela Vargas on Grooveshark

lunes, 30 de julio de 2012

Sobre gatos, poetas y el fin de los tiempos

Chris Marker entrevisto. 1921-2012

Éste es Chris Marker, el de la foto, ése al que le daba yo siempre con otro aspecto, moreno y así, no sé por qué. Abrir el Twitter y ver trending topic a Chris Marker me ha suscitado varias cosas: una, si alguien es TT en twitter es que se ha muerto o ha hecho algo malo. Siendo Marker, lo primero, he pensado. Y zas. Otra cosa que me despierta que Marker sea TT es que no todo ha terminado en este mundo. Que no ha llegado el fin. Que no sólo somos tú y yo los que conocemos a Chris Marker. ¿Alguien a pie de calle sabe quién era Chris Marker?

El cineasta de los gatos habrá dejado huérfanos a unos cuantos. Felinos y humanos. Se ha muerto el mismo día (jodida la providencia) que Antonioni y que Bergman Ingmar, pero este año. El día que se murió Antonioni recuerdo unos post o mensajes o no sé qué entre mi alma gemela e inspiradora y su amigo Aaron, lo mismo que han repetido hoy en twitter. Los ámbitos cambian, algunas personas no. O fue el día que se murió Bergman. Iba de blogs, eso. No entendí muy bien del todo 12 monos; y si se inspirió en La jetée, prefiero cien veces La jetée. Maravilloso el nombre, La jetée. Y la chica de La jetée. Y el final de La jetée. Y el final, a secas. Aunque no todo de Marker me fascine, hay cosas que me fascinan. Y me llaman a verlo. Lo que ya les gustaría a otros. Y luego las asignaturas pendientes  de Marker que por mi ridículo nivel de idioma no español no he podido ver o entender. Ahí está el detalle, falta de subtítulos para gente que no conoce ni Dios. Ah, pero ahí están los Nolan y ésos. Me meto en terreno lodoso, lo dejo.

La chica de La jetée. Cuando se muere gente como Marker, yo me siento menos persona. Algo me faltará ya que no volverá. Algo se termina y sanseacabó. Chris Marker es de la gente por la cual siempre digo que me gustaría ser francés. Y me entero de que ayer cumplió 91 años. 91. Calculo la edad en que empezó a soñar y me doy cuenta de que nunca es tarde para convertirse en un poeta. Hoy, que todo parece que se acaba.

Dejo de improvisar este post. Ahí tenéis La jetée. El fin del mundo y la chica de La jetée.

lunes, 23 de julio de 2012

So black and blue


Sobran las presentaciones

Tú y yo hoy nos vamos a ir de farra. Pero no te creas que nos vamos a un sitio de ésos. Tú y yo nos vamos a un sitio de los remilgados, ya sabes, los sitios a los que van los de siempre a oír lo de siempre y vestidos como siempre. Ésos. Pero hoy, fíjate, hoy vamos a profanar ese sitio. Nos vestimos de negro, con el alma de un negro. Quiero decir. Tú eres Billie y yo la sonrisa de Louis. Tú cantas y yo te sigo (pocas veces, ¿una, dos? cantaron juntos Lady y Satchmo, pero hoy tú y yo somos ellos y nos vamos a desquitar). Nos vamos al templo de la música seria (como si nuestra música no lo fuera y nos van a mirar raro simplemente porque no somos como ellos. Damn it, ya sabes.)

Tú eres Lady, yo soy tu Louis. Y estamos en el Carnegie Hall. El sitio, ese sitio. El sancta sanctorum de las músicas. Y lo dejaremos de aquellas maneras, ya verás. ¿Empiezas tú con el What a Little moonlight can do? Sabes que me deshago cuando cantas eso. Puñetera. Observo desde el lateral, saco el pañuelo, sentado en la silla que me acompaña desde que me subo a tocar la trompeta encima de cuatro tablas mal puestas. Esto no lo son, esto es el Carnegie, nena. ¿Te acuerdas de los sitios a los que que tuvimos que subirnos? El público, los que nos miran, están ahí; pero a los nuestros, aunque no los veo, les oigo, les escucho sus yeah man. Les oigo so excited, en el templo de los blancos, en el lugar donde nunca antes nadie habría imaginado que pisaran nuestros pies negros. Y todo eso, pensar en todo eso y tantas y tantas cosas nos da ganas de gritar con más fuerzas y de sentir más adentro todavía lo que decimos y de que yo apriete más los dientes y tú les arrebates el alma a todos los que te están escuchando. Sí, Lady, creo que hoy vamos a triunfar.

Qué sigue, yo con el When you’re smiling. Quédate cerca porque te necesito, sabes que te necesito siempre. Y te dejaré la voz cantante cuando coja la trompeta. (Y con tu voz provocarás pleitesía y alguno y alguna no dormirá esa noche porque te han visto a ti). Y seguiremos, tú con el Strange fruit y yo con el Black and blue y todos escucharán lo que cuenta la letra de ambas dos y ¿se preguntarán?, no sé si les removerán (What did i do… to be so black and blue). Y seguiremos con ello toda la noche porque no vamos a parar y detrás de una irá la otra y la silla me vendrá muy bien y nos sentaremos lo que haga falta y cerraremos el garito del Carnegie (¿sólo quedan los nuestros?) y nos iremos de allí y no sabremos si es mañana o pasado y tú te llevarás mi trompeta y más cosas que ya no son mías desde el día que te conocí, eres mi Lady, cerramos el Carnegie y un día más seremos los dos so black and blue.
When You're Smiling by Billie Holiday on Grooveshark

lunes, 16 de julio de 2012

Antes de que el diablo sepa que has muerto

Orange was the color

Antes de que seas trending topic dentro de un días; antes de que te masacremos con los consabidos lugares comunes; antes de que se te borre esa sonrisa, porque terminaba la sesión y qué, qué quedaba después; antes de que se te acabe eso, que no sé lo que será y con qué lo mezclarías ese cinco de agosto, si es que mezclaste algo o es que te mezclaste con quien no debías o hasta donde no debías; antes de que te lo bebas todo de la botella, ésa que está ahí al lado, bebiéndotela a morro, que decimos aquí; antes de que quite la vista a ese naranja que te transparenta de manera deliciosa; antes de que haya quien se sume a la ingente cantidad de seres humanos que mataría por que se cruzasen con tu mirada; antes de que se me agoten los por qués de por qué decirte una y otra vez cosas que se me agolpan en la cabeza, y que acaban siendo ya una especie de letanías religiosas, un avemaría de los tuyos, si es que ha lugar a la analogía; antes de que salgan por ahí diciendo la última teoría sobre el color de tus cejas; antes de que alguien caiga (está bien visible, sólo hay que buscarte por google o aquí) en la hiriente y real cicatriz de tu vesícula; antes de que se enamoren de ti más mujeres sin que por ello sean llamadas de ninguna manera (tienes ese don, y lo sabías); antes de que me derrita cuando dices “I wanna be loved by you” y luego te dejes currar por una mujer que no es mujer porque al fin y al cabo alguien acaba diciendo que nadie es perfecto; antes de que se te caiga el hula hoop mientras te mira (y cómo te mira) Eli Wallach; antes de que os muráis los tres, Monty, Red Butler y tú, casi a la vez, como si os hubierais puesto de acuerdo; antes de que salgan las imágenes inéditas de tu yo inédito y tu yo definitivo; antes de todo eso, permíteme que te diga que por aquí, a pesar de todo, seguimos echándote muchísimo de menos.

I Wanna Be Loved By You by Marilyn Monroe on Grooveshark